A 200 por hora, a toda hostia, no quiero
enterarme de lo que pasa a mi alrededor. Pero, de repente aparece alguien que
te dice que aflojes. Y cuando aflojas te das cuenta de las cosas…
Y entonces estás como nunca pensaste que estarías.
Te has enamorado de una persona que hacía poco ni siquiera conocías. Pero ahora
ella te sujeta el mundo, es lo más importante para ti, y lo haces todo con ella
pensando en ella y solo existe ella...
Y sin enterarte te encuentras de una forma que
nunca pensarías que ibas a estar. Estás enamorado...
Entonces empieza todo. Todos los momentos los
vives con ella, todo lo haces pensando en ella. Ella es tu mundo, te mantiene
despierto atento a lo que te rodea.
- Soy
feliz. Jamás me he sentido tan bien, ¿y tú?
+ ¿Yo? Estoy de maravilla.
- ¿Hasta
el punto de llegar a tocar el cielo con un dedo?
+ No, así no.
- ¿Ah, no?
+ Mucho más, al menos tres metros sobre el cielo.
Los caminos se bifurcan, cada uno toma una dirección pensando
que al final los caminos se volverán a unir. Desde tu camino ves a la otra
persona cada vez más pequeña. no pasa nada, estamos hechos el uno para el otro,
y ahí esta ella, y al final solo ocurre una cosa, llega el puto invierno
no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en que
momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que
pensabas...Mucho antes...y es ahí justo en ese momento cuando te das
cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces,
ya nunca volverás a sentir lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de estar a
tres metros sobre el cielo.
De algo estoy seguro: no podrá quererla como la
quería yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de
sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. Es como
si sólo a mí se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el
verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos.
Nadie podrá ver nunca lo que yo he visto, y él
menos que ninguno. Él, incapaz de amarle, incapaz de verle verdaderamente, de
entenderla, de respetarla. Él no se divertirá con sus tiernos caprichos.