Hoy, te necesito.
Hoy me he dado cuenta que necesito uno de tus abrazos reponedores, uno de tus
besos que iba acompañado de un te quiero, que me des la seguridad que solo tú
me dabas, que me recuerdes que soy increíble y que puedo con todo, que nadie
merece mis lágrimas y que valgo muchísimo… esas cosas que sólo tú hacías
creerme.
Necesito que
volvamos a pasear, a soñar, a imaginar nuestra vida como un cuento, a cantar
mil canciones juntos, a pincharme con tu barba, a tus abrazos fuertes (esos que
casi dolían), a que me llames princesa otra vez. Necesito que me recuerdes que todo va a salir bien, y que
nuestros siempres no tenían fechas de caducidad.
Echo de menos tu
voz, tu olor, tu risa, tu mirada… echo de menos hasta cuando conseguías sacarme
de quicio.
Te debo dar las
gracias por ser quién soy, por los valores que me inculcaste, por tus consejos,
por enseñarme a esforzarme en todo lo que hago, por animarme a luchar por lo
que quiero y no rendirme. Gracias, por todo.
Nos vemos en el
sueño de siempre.